conducción al vivero de la Navata

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Caminando un día por Cerro Lechuza, vi una conducción de tubos de uralita y más tarde comprobé que había hecho su servicio llevando agua a la casa de la Navata (tema que he relatado un poco antes de éste en el apartado de fuentes y manantiales), pero en un punto determinado vi que salía un ramal perpendicularmente a esa conducción y me pareció que iba en dirección hacia un antiguo vivero abandonado que hay cerca de la casa del huerto y pegado al camino que lleva a las Chorreras del Covacho, todo esto en la zona llamada la Navata, dentro del término de Moralzarzal.

ramal que va al vivero


Partiendo del punto donde sale ese ramal, me puse a caminar en dirección Sur con el ánimo de averiguar si era verdad mi presunción de que iba hasta el vivero que yo había visto en otras ocasiones y si había alguna conducción por esa zona y hasta dónde llegaría, por lo que me dirigí en esa dirección caminando entre jaras, romeros y pinos, éstos con las ramas muy bajas y con falta de cuidado por parte de los servicios forestales, hasta que al poco me encontré con unos tubos de caña de hierro de un diámetro de pulgada y tres cuartos y de otras secciones de la conducción con tubos de dos pulgadas. Seguí los tubos por una zona bastante espesa de plantas como he dicho antes y enseguida desaparecieron en una zona en la que hay una gran lancha de granito, así que tuve que mirar si seguían por la derecha o por la izquierda. Fui por el lado derecho y al cabo de un rato vi que no continuaban por allí, así que volviendo sobre mis pasos miré por el lado izquierdo de la lancha y vi que tampoco había tubos, pero un poco más adelante si pude ver que había un muro de contención a modo de dique haciendo como una presa a la que iba a parar el agua llevada a través de esos tubos que había visto en el recorrido.

tubos entre las plantas embalse entre lanchas

La altura del dique alcanza poco más de un metro, su anchura es de hasta 85 cm. y tiene una longitud de 11,50 metros. Está hecho de ladrillos y cemento y la presa se hizo de manera que cuando había poca agua, la ambalsaban y podían regar lo plantado en el vivero, teniendo en cuenta que el manantial de la Navata, del que se recogía el agua, normalmente no se secaba en todo el año, por lo que en la época estival era un bien muy preciado el poder disponer de ese agua para el riego.

muro y tubos de salida muro y salida

En la parte saliente del muro vi que salía otra conducción a base de tubos de hierro que discurrían apoyados sobre un canal hecho a base de ladrillos y cemento y en otras zonas ese canal para albergar las tuberías era de piezas de cemento con una sección semicircular o que pudieran ser tubos cortados a lo largo y se apoyaba sobre un murete hecho con piedra para servir de apoyo a la conducción.

tubos de hierro tubería sobre el acueducto

Continué el recorrido siguiendo por donde iban esos tubos y llegó un momento en el que ya no se veían, se acababa la conducción justamente cuando se llega al camino que va a la Cascada del Covacho y a Hoyo de Manzanares. Allí pude ver ya un trozo de tubo de gres y restos de tiestos de barro junto al borde del camino.
Justo al otro lado de ese camino se ven muchos restos de tiestos, canales por donde discurría el agua y en esa zona se pueden ver además de pinos, chopos, señal inequívoca de la presencia de agua.

restos de un tubo y tiesto canal de ladrillo en el vivero

Una vez en el vivero, estuve inpecionando la zona y pude ver que había varios canales hechos de ladrillo y cemento que repartían el agua que traían por esa conducción y pude comprobar los restos de tiestos que quedan, que debieron emplear para reforestar toda la zona, ya que hay pinos hasta el Cerrulén, donde también se ven restos de tiestos como los de aquí, y toda esta parte de Moralzarzal hasta la casa del huerto y que baja hasta las "Bolivas" y la casa de la Navata.

canal en el vivero restos de tiestos y canales

Así que una vez descubierto el vivero y hecho el recorrido por la conducción que le llevaba el agua, plasmé en esta página lo que vi y que doy a conocer, otra de esas cosas curiosas que te encuentras cuando recorres los campos del pueblo.

© 2006 - Antonio López Hurtado