Anomalías y rarezas en las plantas

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Además de los dos apartados anteriores relativos a la clasificación y una breve introducción sobre la flora del término municipal, en esta zona de la web iré dando cuenta de cosas que me han llamado la atención y que considero como anomalías, rarezas o singularidades de las plantas, encontradas en la propia planta o incluso ellas mismas.

Según el Diccionario de la Real Academia, anomalía es la malformación, alteración biológica, congénita o adquirida; rareza es que tiene la cualidad de raro, es decir extraordinario, poco común o frecuente, o escaso en su clase o especie; y singularidad es distinción o separación de lo común.
Y para empezar, voy a mostrar la rareza o anomalía que vi en unos cuantos pies o ejemplares de una misma especie de planta.

En uno de esos días que salí por la zona de el Berrocal y el Gamonal, vi una cosa curiosa que me llamó muchísimo la atención y es lo que encontré en la orilla de la carretera que va de Moralzarzal a Mataelpino, cerca del edificio de la antigua estación del ferrocarril de Villalba al Berrocal, y que observé con mucho detenimiento.
Encontré varios ejemplares de esa planta de nombre vernáculo viborera y cuyo nombre científico es "Echium vulgare" en distintos puntos, aunque no muy lejanos unos de otros, y de esa planta, el CSIC, acrónimo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, da unos cuantos nombres vernáculos, vulgares, ordinarios o comunes, como guste el lector, como son abalea, boninos, buglosa salvaje, cardo, chupamiel, hierba de la víbora, hierba viborera, jarrita, lengua de buey, lengua de buey salvaje, lengua de vaca, lenguardia, lenguaza, viborera, viborera, viborera común, viborera morada, viperina, yapazos, yerba de la víbora.

En la foto siguiente se muestra esa planta, viéndose la flor, hojas y parte del tallo normal cilíndrico.

flor de viborera


La viborera es una herbácea o planta bienal (que se reproduce cada dos años) y que puede llegar a alcanzar un metro de altura, desarrollándose abundantemente en praderas a pleno sol y que apenas tolera la sombra. Recibe ese nombre común de "viborera" debido a que tiene unas características en tallo, semillas y ramilletes florales, que se relacionan o recuerdan a las víboras. En su primer año sus hojas forman una roseta, es decir, que sus hojas se encuentran dispuestas en forma circular y de manera que todas se encuentran a la misma altura. El hecho de que el primer año solamente muestren sus hojas pudiera dar a entender que se trata de plantas caducifolias, pero no es así. En el segundo año emiten sus tallos de forma cilíndrica y que pueden llegar hasta un metro de altura como se ha expresado anteriormente. Sus vástagos son de fuerte aspereza, por lo que no es agradable su tacto, y además están erizados de pelos recios. Las hojas que nacen en su base son lanceoladas y presentan un nervio longitudinal que las recorre de la base al extremo. Las flores, cuando están en capullo son son de color rojo subido que tira a violado o morado pálido, es decir de color púrpua y cuando se abren se vuelven azules o violáceas, formando un tubo que se se va ensanchando de forma gradual hasta el extremo superior donde queda dividido en cinco lóbulos a manera de ondas, dewsiguales y poco profundos. Tienen cinco estambres que sobrepasan la garganta de la corola y el fruto tiene una forma que se semeja la cabeza de una víbora. El tallo y las hojas contienen un alcaloide llamado equiína que es tóxico y afecta al sistema nervioso paralizándolo, aunque la planta lo contiene en cantidades tan pequeñas que en no es peligrosa ni mucho menos, es inocua.
Es una especie muy importante entre la flora que es aprovechada por las abejas melíferas, pues es una gran productora de néctar, aunque poca cantidad de polen y parece ser que la reflexión de los rayos ultravioletas es un gran atractivo para las abejas. Florece a principio de primavera hasta entrado el verano y se da en ribazos, terraplenes de caminos y terrenos incultos y en el nombre científico, la parte del mismo que corresponde al género, "Echium", deriva del griego Ekios que significa víbora. Además, desde tiempos antiguos y debido a la forma de los ramilletes florales que se presentan enroscados, se tuvo a esta planta como protectora frente a las víboras e incluso se llegó a utilizar como remedio curativo frente a las picaduras de dichas culebras.

Pero una vez que se ha dado esta amplia descripción de la planta, se muestran una fotos de lo que me llamó la atención cuando encontré varios ejemplares en la cuneta de la carretera que va a Matealpino, junto a la casa de la estación del ferrocarril, otra a la orilla del rio cercana a la urbanización Linar de la Maliciosa, otra en la cuneta junto al puente del río Navacerrada que hay cerca de la entrada a la urbanización el Retamar y otro también en la cuneta pero al otro lado de ese puente. Lo que digo de llamarme la atención fue lo que podéis ver en las fotos, su tallo no es cilíndrico sino aplastado, notándose la diferencia con la de la foto anterior donde se ve el tallo normal.

detalle del tronco otra vista

Y en la siguiente se muestra otra prueba de otro ejemplar de planta con la rareza encontrada en la zona del Berrocal, donde se aprecia la pilosidad dicha antes.

hojas del tronco


He encontrado otros ejemplares de esta planta con esa "malformación" cerca de la carretera M608 junto a las Columnas, por la zona del campo de tiro y en la Cañada por el polígono de la Encinilla, además de otra zona cercana al depósito de Herrenes junto al camino llamado Cordel de la Cerca de la Ladera y la Dehesa, el camino que va bordeando la Dehesa Nueva, en la Dehesa Vieja, cerca de las casas de promoción municipal, en el camino que hay entre la Dehesa Nueva y las naves del polígono de la Encinilla y siempre que se ve una planta de viborera en la que se aprecia un conjunto de flores apelotonadas en la parte superior de la planta, se puede distinguir que el tallo está aplastado y tiene esta malformación ???.

En la foto siguiente se muestra lo dicho sobre esta planta, viéndose las flores apelotonadas en la parte superior y se puede observar el tallo aplastado y hojas saliendo del tallo.

conjunto de flores




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Agallas en plantas

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En el Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España, se define agalla como excrecencia redonda que se forma en el roble, alcornoque y otros árboles y arbustos por la picadura de ciertos insectos al depositar sus huevos.
De todos son conocidas las agallas de los robles, pero veamos distintos tipos de agallas, qué son y otras excrecencias, protuberancias y cosas parecidas a las agallas, que nos llaman la atención y que se producen en diversas plantas.

Comenzando por las agallas de los robles, en primer lugar diremos que los robles son árboles de la familia Quercus, aunque algunas veces se da ese nombre a otras especies de árboles de la familia de las fagáceas, pero en nuestro pueblo la especie que encontramos es la Quercus pyrenayca, que es el dominante en las sierras de Madrid, y en el pueblo se encuentran ejemplares en muchos lugares, como es en zonas próximas al Arroyo Grande, en los prados cercanos al camino que va desde Moralzarzal a Becerril de la Sierra, en la zona cercana al Retamar, en el Monte del Marqués, en la zona de Los Linares, por Canto Hastial, y en más lugares.
Como ejemplo, hay que hacer mención al Melojar, llamado así porque es una zona poblada de melojos, nombre con el que es conocido el roble negro (Quercus pyrenaica), zona cercana al arroyo Grande, con melojos a uno y otro lado del camino que lleva a Becerril de la Sierra y próximo a la futura urbanización Las Hachazuelas.
El roble negro recibe también otros nombres, además de melojo, como son rebollo o chaparro, y por tanto hay Rebollares, y Chaparrales, es decir sitios poblados de rebollos, en el primer caso, o de chaparros en el segundo, aunque chaparros son matas de encina o roble, de muchas ramas y poca altura, y en nuestro caso se trata de matas de roble.
Un chaparral se puede ver cercano a la Cañada después de pasar el campo de tiro que hay cerca del descansadero de Fuentidueña, caminando por ella en dirección Este.
Junto a la carretera M-608, camino de Cerceda, cercano a lo que conocemos como lo de las basuras, hay a la derecha dos columnas que dan entrada a una via pecuaria y se ve el nombre que está grabada en ellas, "Chaparral de Cerceda", que es lo que conocemos como monte del Marqués, y aunque gran parte pertenece al término de Cerceda, parte también pertenece al término de Moralzarzal.

A continuación se muestran fotos con las inscripciones que hay en las columnas de granito dichas y en ellas se ve el nombre de la finca, columnas que están al borde de la carretera, y además se aprecian en la de la izquierda las iniciales del antiguo dueño, M y T entrelazadas, que corresponde a Marqués de Torrelaguna, de ahí lo de monte del Marqués.
El Marqués de Torrelaguna es el titular del Marquesado de Torrelaguna, título nobiliario creado por Su Majestad el Rey D. Alfonso XIII en el año 1895, siendo el primer marqués D.  Martín Esteban y Muñoz, que era Diputado de las Cortes Españolas y Senador del Reino. A D. Martín les siguió en 1899 como II marqués su hijo D. Eugenio Esteban y Fernádez del Pozo, que ostentó el marquesado hasta 1943 y es a él y a su esposa Dña. María del Carmen López y Andrés a los que se hace referencia en distintas noticias aparecidas en diversos medios de comunicación de la prensa de la época como por ejemplo en LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA el viernes 7 de junio de 1918, donde se hace mención sobre viaje de las marqueses de Torrelaguna para Moralzarzal (no se decía a Cerceda).
Y en LA EPOCA del miércoles 5 de junio de 1918 se puede leer que salen de esta corte para Moralzarzal los marqueses de Torrelaguna. Hoy día pertenece la finca a los herederos D. Agustín Torrego Marinas, el que fue dueño de la empresa de transporte de viajeros LA CONTINENTAL, es decir CONTINENTAL AUTO S.A., empresa que comenzó allá por 1924 como la S.A. de Transportes La Castellana, pero aparte de este paréntesis sobre los marqueses, se muestran seguidamente las fotos dichas anteriormente de las columnas.


columna izquierda    columna derecha

Volviendo al tema que nos ocupa de las agallas, en las fotos que siguen se ven a la izquierda dos agallas jóvenes producidas en primavera, como se puede comprobar al ver las hojas que todavía no están desarrolladas completamente, foto hecha en el mes de mayo, y a la derecha se ve una agalla con ese color rojizo que las caracteriza antes de llegar el invierno, en que se vuelven se color pardo marrón, foto sacada en el mes de septiembre en la zona de los Linares.


agallas jóvenes agalla adulta de un roble


Las agallas son ocasionados o inducidas en las plantas por insectos, hongos, bacterias o nematodos (gusanos en forma fusiforme y cilíndrica, que suelen ser parásitos de otros seres vivo), y consisten en estructuras de tipo tumoral como consecuencia de la respuesta del vegetal a la presencia del parásito, con un crecimiento anómalo de tejido con el que intenta aislar el ataque o infección producida, adquiriendo formas muy variadas.
Las agallas de los robles, tanto en el Quercus robur como en el Quercus petraea y en nuestra zona en el Quercus pyrenaica, son producidas por himenópteros cinípidos, y según se puede ver en el Diccionario de la Real Academia Española, himenóptero se dice del insecto con metamorfosis complicada, como las abejas y las avispas, que son masticadores y lamedores a la vez por estar su boca provista de mandíbulas y, además, de una especie de lengüeta, que tienen cuatro alas membranosas y que el abdomen de las hembras de algunas especies lleva en su extremo un aguijón en el que desemboca el conducto excretor de una glándula venenosa.
Los himenópteros conforman uno de los mayores órdenes de insectos, con cientos de miles de especies, y comprende además de las hormigas a los abejorros, abejas y avispas entre otros, los cuales poseen dos pares de alas membranosas, aunque en las hormigas solamente presentan alas las reinas y los machos, que son las consideradas estirpes reproductoras.
Y referente a los cinínipedos, hay que decir que son las avispas gallaritas o avispas de las agallas, es decir una familia de himenópteros apócritos que comprenden como un millar de especies, los cuales son de pequeño tamaño, pues no suelen llegar a medir ni un centímetro.
Las larvas de esos insectos que nacen de la puesta de huevos de las hembras, crecen absorbiendo los tejidos nutritivos de las agallas, que contienen gran cantidad de taninos, muy astringentes, y a la vez de ser la despensa para poder alimentarse, sirven de refugio donde están bien protegidas de las inclemencias ambientales.

Las plantas que dan cobijo a los huéspedes y el tamaño y forma de las agallas son específicos de cada especie de avispas, de manera que se pueden hallar agallas en muchas partes de esas plantas, algunas en las hojas, otras en tallos, ramas, etc. y de formas muy diversas

Las gallaritas o también llamados gallarutos por algunos autores, son excrecencias, verrugas, prominencias o protuberancias que salen en los robles y encinas por efecto de la picadura de insectos himenópteros de la familia Cynipidae, y constituyen un caso particular del término más general conocido como agalla.

Las larvas de algunas especies son las causantes de que ciertas plantas desarrollen gallaritas características y evolucionan directamente después que la hembra ponga los huevos; no se conoce muy bien cuales son los mecanismos que lo desencadenan, que pueden ser de diversos tipos, pero si se sabe que las larvas crecen absorbiendo los tejidos nutritivos de las agallas, donde amén de otras cosas, están protegidas de distintos efectos ambientales desfavorables del medio exterior. Las plantas hospedantes y la forma y tamaño de las agallas, son concretos para cada especie de avispas, habiendo una gran cantidad de las especies conocidas que viven en varios tipos de robles, y se pueden hallar gallaritas en partes de esos árboles como son las hojas, los tallos, las ramas y las raíces.

Las generaciones alternantes de estos insectos producen agallas en distintas épocas del año, de manera que hay una especie de cinípido del género Dryophanta, que pone sus huevos en los brotes tiernos y yemas produciendo las pequeñas agallas de invierno y la siguiente generación emerge en los meses de abril a mayo y la hembra de la forma sexuada del cinípido, una vez fecundada, pone sus huevos en las hojas de los robles produciendo las agallas de verano, las cuales se pueden ver en las siguientes fotos, a la izquierda se ven agallas que toman la forma de lenteja y a la derecha otras en forma de bolas pequeñas.

agallas lenteja de verano agallas bola de verano

En las fotos siguientes se muestran dos tipos de agallas producidas en las hojas del roble, en la de la izquierda se ven agallas lenticulares o como se ha dicho más arriba en forma de lenteja, donde se aprecia un punto en el centro de la concavidad, y a la derecha se ven las de forma globular y en una de ellas ya se aprecia la larva del insecto muy desarrollada.
agallas lenticulares gallarita de una de hoja

Una vez que se desarrollan en el interior de la agalla las larvas de los insectos, que se alimentan del material de la propia agalla, la cual produce muchos taninos como se ha dicho en líneas anteriores, sale el insecto al exterior perforando las paredes, y se puede ver en la siguiente foto la agalla perforada en distintos puntos y los agujeros de salida.

 agalla perforada


El roble reacciona de manera que al sentir la presencia de un cuerpo extraño, forma esa protuberancia que envuelve los huevos que deposita el insecto y una vez que los huevos se transforman en larvas, éstas se alimentan y crecen durante todo el verano en el interior de la agalla y una vez que ha alcanzado su pleno desarrollo, la larva perfora la agalla formando un túnel por el que puede salir hacia el exterior, pero se queda en el centro donde pasará todo el invierno, y en primavera, después de sufrir una serie de transformaciones, sale de la agalla con la forma de insecto ya adulto.

Para ver la larva, se hace la disección de la agalla y se puede contemplar como se encuentra en su interior, y en las fotos siguientes se muestra a la izquierda la larva en su "casa" y la forma que tiene, aunque se ha encorvado. en la foto de la derecha, estando ya en una fase bastante desarrollada.

larva dentro de la agalla larva en el exterior

Se ve en la siguiente foto las partes que se van diferenciando de la avispilla, pudiéndose distinguir la cabeza, los ojos, las patas y las antenas

se diferencian partes


En esta foto que sigue, muestro en mi mano la avispilla en la agalla, ya casi desarrollada lo suficiente como para salir de su "hogar" al mundo exterior, y se distingue el color cobrizo de su abdomen, las alas y el resto del cuerpo, apreciándose el conducto de salida, ya perforado en la parte inferior de la agalla, justo donde tiene la cabeza.

agalla perforada


En esta foto muestro a la avispilla cuando empezó a caminar y sentí el cosquilleo que me producía en la palma de la mano cuando movía sus patas.

saliendo


Y en las fotos siguientes se puede ver la avispa ya desarrollada, en dos tomas distintas, desde arriba y de costado, en la primera sobre un papel blanco y en la otra caminando por la palma de mi mano hasta que se fue, y se aprecian tanto la cabeza con las antenas, las patas, el cuerpo y las alas con sus nerviaciones.

larva en la agalla larva en el exterior

Hay agallas que tienen distintas formas y tamaños y algunas parece que has sido pintadas, como se puede ver en la que se muestra la que ha producido un roble en una rama.

agalla "pintada"


En las siguientes fotos se muestran otras agallas con color y forma distinta de las mostradas hasta ahora, y todo depende del tipo de insecto que deposite sus huevos en el arbol y también depende de la parte de la planta en la que los deposite, mostrándose en las fotos siguientes dos tipos de agallas producidas, en la de la izquierda, la producida por un tipo de cinípedo del género Andricus, y es la primera fase de la formación de la agalla, y en la de la derecha en las axilas de las hojas, que tienen forma de yema.

agalla rojiza agalla forma de yema

Las agallas contienen ácido tánico, menor cantidad de ácido gálico y un poco menos de ácido elágico, sustancias que son utilizadas en farmacia como astringentes y hemostáticos y también son usadas para la preparación de tinta azul y negra.

Cuando éramos pequeños, en Moral usábamos las agallas de los robles para algunos de nuestros juegos, en los que se simulaba que eran vacas, toros y chotos, los cuales se metían en corrales y se sacaban para llevarlas a "pastar" y luego volver a llevarlas a los corrales, y en algunos pueblos se usaban las de forma de bola para jugar como canicas.




Agallas del rosal silvestre



Y siguiendo con estas "rarezas" en las plantas, veamos seguidamente las agallas de los rosales silvestres o como son conocidas también estas plantas con los nombres de tapaculos, trampaculos o escaramujos, nombres nativos de la especie de nombre científico
Rosa canina.

La agalla es producida por la planta a causa de un insecto llamado
Diplolepis rosae, de la familia de los cinípedos, el cual induce la formación de esa agalla que contiene varias cámaras, es plurilocular, que albergan cada una su respectiva larva. Esos insectos son avispillas con el cuerpo y el pecho (o tórax) negros y con el vientre o abdomen rojizo o negro, dependiendo si es la hembra o el macho.
La agalla es un cuerpo de un compuesto duro y en su interior se encuentran diversas cámaras donde se alojan las larvas, una en cada cámara, y está revestida de prolongaciones a modo de apéndices foliáceos, como las barbas de una pluma (pinnados), de distintos colores que varían entre verde y rojizo, y seguidamente se muestra un par de fotos con agallas que nos enseñan como son esas "rarezas", fotos obtenidas en el mes de julio y que muestran la variedad de colores que produce la naturaleza en esas plantas.

de tonos verdes de tonos rojizos

Los tipos de agallas son dependientes de cada especie de insecto, aunque para una misma especie, la agalla puede ser muy diferente dependiendo de la especie de planta o especie vegetal parasitada, es decir, un mismo insecto, en diferentes plantas, puede inducir agallas muy diferentes. Así es que las agallas permiten determinar el insecto causante, siendo fuente de identificación de la especie de insecto y la especie vegetal que la genera.

El rosal silvestre produce bastante vitamina C y por eso en algunos paises de Europa, al no cultivar cítricos, lo utilizan como fuente de esa vitamina.
Su fruto, conocido en muchos lugares como trampaculos, es utilizado como base para hacer mermelada, y a pesar de ser poco conocido por sus usos culinarios, es un alimento de gran valor desde el punto de vista nutricional, debido a su riqueza en esa vitamina.

A continuación se puede ver un par de fotos en la que en la de la izquierda se aprecia una agalla abierta en la que se ven algunos huecos de las cámaras que albergan las larvas, y en la de la derecha se aprecia una larva de la avispilla, fotos hechas a mediados de septiembre.


agalla abierta larva de la avispilla

Líneas arriba se puede leer que estas agallas contienen varias cámaras donde hospedan la larvas de la avispilla, y en la foto que sigue, seccionada la agalla por medio, se aprecia claramente lo dicho, pudiéndose ver las 8 cámaras y un par de larvas, foto obtenida el día 21 de septiembre de 2013.


cámaras y larvas



En las siguientes fotos se muestra en la de la izquierda una agalla abierta viéndose varias cámaras y cinco larvas, apreciándose el tamaño comparado con los dedos de mi mano izquierda, foto del mes de octubre, y en la de la derecha se ve la agalla ya seca, con varios lóbulos y en el de abajo a la izquierda se aprecia el agujero por donde escapó una de las avispillas.

 larvas en la agalla  agallas secas




Agallas del ombligo de Venus



Continuando con estas "rarezas" que presentan las plantas, veamos otras agallas producidas por el ombligo de Venus, cuyo nombre científico es el de "Umbilicus rupestris", y que recibe multitud de nombres vernáculos o nativos, siendo el más conocido el ya dicho de ombligo de Venus y le siguen otros como vasillos, oreja de monje, ombliguera, basilio, sombrero, sombrerillos y otros muchos, dependiendo de la zona de España.

A continuación se muestra en la foto que sigue un ejemplar del ombligo de Venus normal, sin agallas y su ambiente natural, entre rocas de granito.

ombligo


La agalla es inducida en la planta al depositar los huevos debajo de la cutícula, o piel de la planta, en la zona del tallo, un insecto llamado Pericartiellus durieui, y al ir desarrollándose la larva, ésta segrega una sustancia que es la que hace que en la planta se produzca una tumoración conocida, como en otras muchas plantas, como agalla. El insecto es un coleóptero del tipo de los escarabajos o mariquitas, con caparazón duro y un par de alas, y parece ser, según algunos estudiosos, que es tal la dependencia entre insecto y planta que si ésta se extinguiera, el insecto también lo haría.

Seguidamente se puede ver dos fotos que muestran la planta con una agalla en el tallo y en una de ellas se aprecia la "inchazón" producida, lo que constituye la agalla, en este caso como "irisada".

planta con agalla agalla estriada


Si se quiere seguir el desarrollo de la agalla y poder ver la larva del insecto, hay que inspeccionar las planta en la época de primavera y principios de verano, pues cuando llegan los días de calor, la planta se agosta y el tallo prácticamente se seca, con lo que ya no da nutrientes a la larva y si no se ha desarrollado antes, finalmente muere.
En las fotos que siguen se muestra una agalla que presenta esa coloración tan curiosa, trabajo precioso de la madre Naturaleza, y en la foto de la derecha se ve la agalla diseccionada y en ella se aprecia en el centro ese punto blanco que es la larva.


agalla agalla abierta

La verdad es que hay que cargarse de paciencia para poder cotemplar esas cosas curiosas que hay en el campo y tener la voluntad de ir un día y otro, sin desfallecer y nunca perder el ánimo, pues finalmente se recoge la recompensa de sentirse satisfechos al haber seguido la evolución del desarrollo de ese insecto y que el precio que se paga vale la pena por el premio que recibe el que quiere satisfacer sus inquietudes.

En las fotos siguientes se ve una agalla diseccionada en la que se aprecian varias larvas, y en la foto de la derecha se muestra esa misma agalla sostenida en mi mano para poder darnos una idea del tamaño que tiene.


larvas agalla en  mi mano




Salivazo del cuco


Una de las cosas curiosas que he visto en muchos lugares de los campos del pueblo, y que se puede apreciar a partir de mediados de primavera, es el efecto producido por otros insectos al depositar sus huevos bajo la cutícula o "piel" de algunas plantas, y entre otras plantas, especialmente en la conocida como cardo corredor, cardo setero o cardo yesquero, de nombre científico Eryngium campestre, esa planta que vemos a finales de verano y en otoño que parece que va dando vueltas haciendo su recorrido pegada al suelo al ser arastrada por el viento, con lo que va dejando sus semillas a lo largo de su «viaje». La cutícula es esa capa o película de piel fina y delicada que cubre las hojas y los tallos de los vegetales.

Los llamados «salivazos de cuco» son los nidos de espuma de las ninfas de diferentes especies de Homópteros de la familia Cercopidae e incluso de los de la emparentada familia Aphrophoridae. Durante el desarrollo de los insectos, hay un estado que es el de ninfa, y que corresponde al estado intermedio en la metamorfosis del insecto entre el de la fase larvaria y la de adulto. (Todos hemos visto alguna vez cuando un gusano está dentro del capullo que forma el animal para padecer la metamorfosis, está en el estado de ninfa).

En las fotos que siguen se ve el salivazo producido en dos tipos distintos de plantas, siendo la de la izquierda un abremanos y la de la derecha el cardo corredor o setero dicho más arriba.



La larva genera la masa de espuma metiendo aire en un fluido que segrega y vive en su interior, lo que le da cierta protección frente a los depredadores y a la deshidratación.

Al leer el título de este apartado sobre otra de las rarezas o cosas curiosas que he contemplado en las plantas, al salir por el campo, hay quien pensará que son esas aves conocidas como cucos, las que escupen entre algunas plantas de nuestros campos, pero no es así, es una cosa muy curiosa y sencilla, y se trata del método que utiliza un insecto, que es conocido como chinche espumadera o cigarra espumadera, para su protección.
El salivazo es muy similar, en su consistencia, a la saliva, y es una sustancia viscosa, de mayor o menor transparencia, que se halla en ciertas partes de algunos vegetales, o se prepara disolviendo en agua materias gomosas.

En la siguiente foto se ve parte de la cigarra espumadera asomando en esa masa de saliva o mucílago que constituye el salivazo del cuco, y se trata del insecto Cercopis vulnerata, cuya larva lo produce.

insecto


Esa cubierta de «saliva» presenta varias utilidades para la ninfa del insecto, pues por un lado la protege de posibles predadores y de parásitos, y además le vale como aislante ante variaciones bruscas de temperatura en su ambiente. Otra cosa que hay que destacar es que evita que la ninfa se reseque.

En la siguiente foto, se ve el salivazo producido por el insecto Philaenus spumarius en ese tipo de planta rastrera.



Y en la foto que sigue, se muestra ese refugio o «nido» producido en otra especie botánica por el insecto, muestra del salivazo, lo cual nos enseña que hay diferentes plantas en las cuales los insectos espumadores producen esa curiosidad, y si vamos por la Dehesa Vieja y nos fijamos en los cardos corredores, veremos lo dicho en esta página de este sitio web contando cosas que se pueden ver en los campos de Moralzarzal.




Como ejemplo de que hay distintas plantas en las que se produce el salivazo del cuco, seguidamente se muestra un par de fotos en las que se puede apreciar la masa mucilaginosa producida en un berceo y se ha extraido esa «saliva» y colocada sobre una roca de granito, pudiéndose ver la larva del insecto espumadero que lo produce, operación hecha en Canto Hastial.




Hay otros tipos de agallas producidas por otras plantas, como son los sauces llorones, las varas de oro, y otras muchas, y las iré exponiendo más adelante.


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© 2006 - Antonio López Hurtado