El vivero del Robledo

El vivero se encuentra en la ladera de Matarrubia, a la derecha de la pista forestal de subida a Cabeza Mediana, pista que lleva hasta la torre del Telégrafo, después de la serie de curvas que hay cerca de la cantera del Gurugú, próximo a un pilón que hay a la derecha del camino y al depósito de la traída de aguas de Robledo que hay a la izquierda, a unos cincuenta metros del camino.
En el diccionario de la Real Academia de la Lengua, se ve que matarrubia es la coscoja, que corresponde a un árbol achaparrado parecido a la encina (el Quercus coccifera) o la hoja seca de la carrasca o encina, hoja que da ese tono de rubio marrón, y de ahí el nombre de la Ladera.
Está el vivero junto al sistema de recogida de aguas del Robledo, y aunque no se abastecía del agua de ese sistema que recogía el agua para llevarla hasta el pueblo, pues se proveía de un pozo que hay más arriba del estanque que se muestra en varias fotos aquí abajo de estas líneas, se encuentra en la zona por donde pasan las tuberías de la conducción de agua a la fuente de los Cuatro Caños y pegado a la arqueta principal de recogida de esas aguas desde donde van hasta un depósito que hay pendiente abajo.
Este vivero estuvo dedicado a la obtención de pinos con los que se repobló la Ladera de Matarrubia, ya que antiguamente no había más que enebros, retamas, tomillos, berceos y cantuesos (tomillo borriquero o conocido en el pueblo como "tomillo" que se usaba para encender las lumbres bajas de las casas). Y fue gracias a la labor que se llevó a cabo por entonces, empezando por Luis Martínez Hoffner el guarda forestal que hubo antes de la guerra civil española de 1936, hoy día tenemos un buen pinar que nos sirve de pulmón para el pueblo, cobijo de aves y otros animales como son las ardillas.

Una de las dos personas que en 1941 trabajaron en los bancales o terrazas del vivero plantando los pimpollos (pequeños pinos) que traía un vecino de Becerril de la Sierra, en un carro arrastrado por una mula, llamado Raimundo, conocido antiguamente como Raimundo el de las gaseosas, me contaba que éste los traía desde un vivero de Guadarrama y dejaba los pinos en la zona de las Salineras (zona del término de Collado Mediano cercana a la carretera que sube al puerto de Navacerrada) y entonces los recogían Alberto Sánchez y Fernando Segovia para trasportarlos a cuestas en espuertas hasta el vivero, con lo que pocos viajes podían hacer debido al recorrido que tenían hasta allí, a que iban cargados y encima subiendo el monte, pero al final plantaban los jovencísimos pinos en el vivero.

En la foto que se muestra seguidamente se ven a dos matrimonios de veraneantes de principios de la década de los años 1950, los matrimonios Campos y Zárate, este último con varios hijos y una amiga, en el estanque donde se recogía agua para regar, apreciándose los pimpollos en los bancales, concretamente en 1951.

a bañarse


En esa época se repobló la zona cercana al vivero y la Peñota, y años después ya se repoblaron otras zonas de la Ladera y del Cerro gracias al trabajo de los forestales conocidos como el Sr. Agustín, el Sr. Eduardo y el Sr. Venancio.
Algunos cuentan que cuando iban a sembrar, como se pasaba tanta hambre, de cuando en cuando se comian los piñones, y yo creo que esta es la razón de que no se puedan encontrar muchos de esos pinos piñoneros (los que dan esos piñones que comemos algunas veces.
A pesar del tiempo que hace que ya se dejó de utilizar, aún hoy se pueden ver las terrazas y bancales que había para la siembra de piñones y pinos jóvenes, los canales para llevar el agua de un sitio a otro, el pozo de agua cárdena, un estanque para almacenar agua y la cabaña del forestal para guardar aperos y herramientas y a la vez cobijarse en caso de mal tiempo. Algunos recordamos lo fría que estaba el agua cuando nos dabamos un baño en ese estanque y también las hermosas culebras que merodeaban por ahí a la caza de roedores que estaban a comer los piñones y los pinos recién nacidos.

cabaña del guarda pileta o estanque

En la foto de arriba a la izquierda, se puede ver la cabaña del forestal y a la derecha se ven los canales que quedan al lado del estanque.

interior de la cabaña


Y aquí arriba se puede ver el interior de la cabaña con leña hecha de pino, apilada para su uso por una de las personas que a veces hace uso de esa cabaña y que hace fuego en el interior cuando el tiempo es frio.

bancales o terrazas para siembra tapa del pozo

En la foto de izquierda, aquí arriba, se pueden ver los bancales o terrazas para la siembra y a la derecha las piedras que tapan el pozo, que se encuentra muy cerca de la cabaña del forestal, pero más arriba.

Y como recuerdo de esos bancales, terrazas y canales de riego y de lo dicho de cuando nos bañabamos en ese pequeño estanque, que entonces nos parecía bastante grande, aquí va esta foto en las que mis hermanos y yo en 1951 disfrutábamos con el agua y hacíamos una marcha hasta allí, gozando de la Naturaleza y del aire tan sano que se respiraba entonces, aún más que ahora.
En este grupo, que como se ve, íbamos en bañador, además de los cinco hermanos, nos acompañaba una amiga de mi hermana, veraneante también por entonces, que es la que aparece en penúltimo lugar de la fila, Rosa Mari Moscoso, pero que la conocíamos como "Pituca", justo la que iba delante de mi hermana, la última del grupo, Conchi "Zárate".

subiendo por entre los bancales


Y se aprecian perfectamente los canales, bancales o terrazas y en la parte izquierda y abajo de la foto se ve parte del estanque o pilón usado para almacenar agua para el riego, pilón donde nos bañábamos y que se ve en una de las fotos de arriba a la derecha.
Como testimonio de lo dicho sobre los baños que hacíamos en los pilones, se muestra la foto siguiente, y había que echarle valor para bañarse allí, pues el agua estaba realmente fría.

bañandonos


En la foto de arriba se ven de derecha a izquierda a mi hermano Jose, mi hermana Conchi, Pituca (amiga de mi hermana y mencionada más arriba), y el que os cuenta estas cosas escribiendo esta web.
En esta zona, y muy cerca del vivero, subiendo una centena de metros por la ladera, se llega hasta donde se encuentran los manantiales del Robledo, donde sigue manando agua y que antiguamente se llevaba hasta la fuente de los Cuatro Caños, saliendo por los dos caños grandes de dicha fuente, y también se hizo llegar hasta la fuente de la Plaza; hoy día ya no podemos disfrutar de ese agua en estas fuentes del pueblo, y para beberla hay que subir hasta allí. Como muestra de lo dicho sobre la aubundancia de agua que hay en esta zona, a continuación se muestra una foto en la que se aprecia el agua que llega a una arqueta desde la que se conducía hasta un depósito que hay un poco más abajo, viéndose los tres chorros de agua que provienen de tres de los manantiales del Robledo, y ello en el mes de junio de 2016.

los tres chorros


Esto que se ha escrito, es un testimonio de la abundancia de agua que hay en los campos del pueblo, riqueza que se debe conservar por ser muy importante tanto para las personas como para el ganado y los animales salvajes.


© 2006 - Antonio López Hurtado